Alimentos en su estado puro y ciclos naturales como guía para nuestra salud

Estudiar en españa

Comparte nuestro Blog

Share on facebook
Share on linkedin
Share on twitter
Share on email

Según los sabios Taoístas de la antigua China (precursores de la Medicina China) «El hombre y la naturaleza están hechos de las mismas partículas pero en diferente densidad. Es decir, somos una especie más de las que integran este paisaje que vemos a diario, y como tal, estamos influidos por los fenómenos de la naturaleza y los astros ya que tenemos un origen común…»

A grandes rasgos sabemos que los elementos que están presentes en la naturaleza, como el agua, los diferentes minerales, nutrientes y muchos otros, también son parte integral de los sistemas presentes en los humanos.

Por otro lado para entender cómo nos influyen los astros y darnos una idea de ello, basta con mirar cuantos cambios se producen en la naturaleza y en muchas personas los días de luna llena.

Gracias a la observación detallada y minuciosa de los fenómenos de la naturaleza y su similitud con aquello que ocurre en los humanos, los sabios lograron desarrollar en la antigüedad estos sistemas médicos que en la actualidad  no sólo están más que vigentes, sino que además han ido ganando protagonismo como solución para muchas enfermedades.

Esta regla vale también para la alimentación, al consumir productos que no están en su estado original (refinados, grasas hidrogenadas, conservantes, etc.) o que no proceden directamente de la naturaleza en su estado puro, ha llevado a nuestras generaciones a la aparición de nuevas enfermedades; este mecanismo es el que ha de ser desmantelado una vez adulto, para recobrar esa inteligencia emocional que es innata y nuestra conexión con el cuerpo y la naturaleza, valores también representados por la Luna.

En la antigüedad la Medicina China daba tanta importancia a la alimentación y al cuidado de los órganos digestivos, que hasta se llegó a crear “La Escuela del Centro”, refiriéndose a la ubicación en el cuerpo humano, de los órganos encargados de la digestión. Se sostenía que la salud casi por completo del ser humano dependía del tipo de alimentos que se ingerían y de la correcta asimilación de los mismos; ya en ese entonces se observaban una serie de enfermedades “extrañas” derivadas de los malos procesos digestivos.

Hoy en día, la alimentación moderna y los procesos de desnaturalización de los alimentos por la mano del hombre, dan la razón a este concepto y estamos siendo testigos de un sinfín de enfermedades (muchas de ellas autoinmunes), con cifras realmente alarmantes en lo que se refiere al número de casos y que tienen su origen en disfunciones digestivas.

Muchos nos dirán que también vivimos en una sociedad “estresada” afirmación bastante verosímil, sin embargo este es un factor que también ha existido en la antigüedad, ya que también existían guerras, invasiones, pestes o escasez de alimentos. En este sentido el factor emocional ha estado siempre presente en todas las épocas y como tal, es considerado motivo de enfermedad para muchas medicinas holísticas.

Estudios recientes coinciden con lo que sostenían en la Antigüedad los Médicos de la Antigua China respecto al origen (etiología) de estas enfermedades. Para dar un ejemplo de ello, La Medicina Tradicional China ya hablaba de “humedad” o “flema” (según su densidad) respecto a este concepto, refiriéndose a la turbidez que provoca este ensuciamiento celular, y que también provocaba entre otras cosas: obesidad, flemas en el pulmón, alteraciones en las conexiones nerviosas, entre un largo sinfín de desórdenes en el cuerpo.

Pero lo más importante para el lector es saber cómo se producen estos procesos y cómo evitarlos: A grandes rasgos podemos decir que lo primero que se debe hacer es conservar una buena salud intestinal ya sea comiendo alimentos en su estado más natural (evitar los refinados) y aumentar el consumo de fibra alimentaria para impedir el estreñimiento.

Cada vez ha tomado más protagonismo la hipótesis de que las bacterias que proliferan de forma anómala en cantidades muy superiores a lo que se debería (debido a un desequilibrio en la flora intestinal), se adhieren a las paredes intestinales por largos períodos aumentando su permeabilidad, lo cual abre paso al torrente sanguíneo a estas mismas u otras bacterias, así como también partículas de alimentos que normalmente un intestino sano no dejaría pasar. Este sería el origen de muchas de las intolerancias alimentarias y otras enfermedades ya que el pasaje de estos microorganismos al torrente sanguíneo afecta en gran medida el sistema inmune que debe luchar constantemente contra ellas.

Por otro lado y según la visión moderna de la Medicina China y de Seignalet, todo lo que no es asimilado por nuestro organismo ya sea porque está tan adulterado, que el cuerpo humano no sabe qué hacer con ello o por una deficiencia del sistema digestivo, se queda en el organismo de forma que es muy difícil para nuestro cuerpo poder eliminarlo. Esto provoca la llamada “humedad o flema” según los conceptos de la Medicina China o “ensuciamiento celular” según el concepto más moderno de Seignalet, o para otras disciplinas simplemente “toxinas”.

Deberíamos entonces, alimentarnos de lo que nos da la tierra y todos los productos de estación ya que el hombre y la naturaleza tienen el mismo origen y siguen los mismos ciclos. Esta es una base de la Alimentación Energética de la Medicina China. Seignalet incluso en sus teorías proponía volver a los alimentos en su estado original como única forma de evitar estas enfermedades. Recomendaba evitar los alimentos que han sufrido tantas modificaciones que ya serían incompatibles como parte de la alimentación humana, como es el caso de algunos cereales.

Equipo Master Mundi, Delegación ISMET en Colombia

Subscribete en nuestro newsletter

Obten actualizaciones y enterate de nuestros ultimos cursos.

Más publicaciones